De
negrero a socio:
Allá por 1562,
el capitán John Hawkins había arrancado trescientos negros de contrabando de la
Guinea portuguesa. La
reina Isabel se puso furiosa: "Esta aventura -sentenció-
clama la venganza del cielo". Pero Hawkins le contó que en el Caribe había
obtenido, a cambio de los esclavos, un cargamento de azúcar, pieles, perlas y
jengibre. La reina perdonó al pirata y se convirtió en su socia comercial. "Del
libro "Úselo y Tírelo", de Eduardo Galeano, editorial Planeta, 1994.
Ética y Negocios
¿Premios a la conciencia
ética empresarial? ¿Especialistas en ética Corporativa? ¿Oficinas de tiempo
completo dedicadas a la gestión ética? ¿Talleres de ética en las empresas? Sí,
efectivamente. Hoy podemos decir que ya esto es una realidad. Se pueden seguir
dando ejemplos e indicios claros de que algo está pasando y que además está
creciendo explosiva y sostenidamente. Por supuesto, no estamos hablando aún de
que esto esté sucediendo en nuestro país, pero sabemos -por experiencia- que si
esta realidad se está consolidando en USA y Europa, tarde o temprano estará
entre nosotros.
Para muchos, hablar de ética empresarial es una utopía. Se dice: "ética y negocios son como el agua y el aceite", "el hombre es malo por naturaleza", "la supervivencia del más fuerte"; por supuesto excusas para justificar ciertos comportamientos. Pero, está claro que las presiones competitivas obligan a las firmas a tratar a su personal de modo de diferenciarse de las prácticas del pasado. Si se suma que están cada vez más bajo la lupa del público encabezado por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) , no es de sorprenderse que responder a cuestiones éticas se convertirá en una responsabilidad de la empresa y en parte del trabajo de todo jefe.
En Europa y EE.UU., las empresas tienen un incentivo especial para ser "virtuosas": el deseo de evitar castigos legales. Pero la ley no es lo único que las motiva El temor a ser desenmascaradas por las ONG, los clientes internos y/o externos, o los medios ha dado un impulso aún mayor a la ética de los negocios.
Para muchos, hablar de ética empresarial es una utopía. Se dice: "ética y negocios son como el agua y el aceite", "el hombre es malo por naturaleza", "la supervivencia del más fuerte"; por supuesto excusas para justificar ciertos comportamientos. Pero, está claro que las presiones competitivas obligan a las firmas a tratar a su personal de modo de diferenciarse de las prácticas del pasado. Si se suma que están cada vez más bajo la lupa del público encabezado por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) , no es de sorprenderse que responder a cuestiones éticas se convertirá en una responsabilidad de la empresa y en parte del trabajo de todo jefe.
En Europa y EE.UU., las empresas tienen un incentivo especial para ser "virtuosas": el deseo de evitar castigos legales. Pero la ley no es lo único que las motiva El temor a ser desenmascaradas por las ONG, los clientes internos y/o externos, o los medios ha dado un impulso aún mayor a la ética de los negocios.
¿Por
qué invertir en la ética?
Básicamente, hay dos
motivos para que las empresas se preocupen de "invertir" en
cuestiones éticas. Una es anticiparse a las malas conductas para no crear un
escándalo público, encuadrado en el marco legal. La otra, la cual es más
trascendente y fundamental, es la confianza. Una empresa que no cuenta con la
confianza de sus empleados, socios, clientes y proveedores, sufrirá perjuicios
mucho más graves. La reputación de ser confiable resulta más importante. Claro,
que uno reflexiona: a los malos no siempre les va mal y a los buenos no siempre
les va bien. Sin embargo, las empresas internacionales están sometidas a una
creciente presión para que sus conductas de negocios se adecuen a códigos
éticos. Las sanciones por mal proceder empresarial se van volviendo cada vez
más duras y las exigencias son cada vez mayores. Se podrían dar varios ejemplos
de multas a empresas por sumas millonarias, pero como sobran los casos que han
tomado estado público, no es necesario dar nombres.
El comportamiento ético en una empresa no es una moda, muchas de las grandes corporaciones ya lo han entendido y trabajan activamente en este sentido. Las conductas morales se transforman en beneficios tangibles para la organización, para los individuos que la integran y para la comunidad en la cual se inserta.
El comportamiento ético en una empresa no es una moda, muchas de las grandes corporaciones ya lo han entendido y trabajan activamente en este sentido. Las conductas morales se transforman en beneficios tangibles para la organización, para los individuos que la integran y para la comunidad en la cual se inserta.
Los
códigos de ética
¿Para qué sirven los
códigos de ética? Son simplemente reglas preestablecidas que tienen como
propósito general guiar el comportamiento de los miembros de una organización.
esto en muchos casos se hace extensivo a clientes, proveedores, contratistas,
etc. Lo que expresan son principios que dicen qué debemos hacer, qué es lo
correcto y qué no lo es. Los códigos de ética son el producto de una decisión
del management de hacer públicas las pautas con las que quieren identificar a
su empresa y orientar las conductas de los miembros de su organización. Se
podría decir que funcionan también como un marco regulatorio de las relaciones
internas de sus miembros y de éstos con el entorno. Evidentemente la ética está
orientada a resultados esperados.
¿Quién
lidera la gestión ética?
Incorporar el liderazgo
por valores -ser modelo de comportamiento ético- como estilo de conducción o de
gestión empresarial se está convirtiendo en un imperativo para la competencia global.
Tomar el concepto de ética empresarial como parte del concepto de
responsabilidad social es sin ninguna duda una tendencia que va a prevalecer.
Pero, ¿quién debería coordinar o liderar esta gestión interna en la empresa?
¿Legales? ¿Auditoría? ¿Dirección general? ¿Recursos Humanos? ¿Comité de Ética? Todo
directivo debe actuar como modelo de comportamiento ético porque esa es la base
de la predicación. Nadie puede pretender que los empleados adopten un
comportamiento que los propios directivos no son capaces de mantener
frente sí mismos. De lo que sí debemos estar seguros los especialistas de
recursos humanos es que el tema no no es ajeno y que debemos trabajar
incansablemente ayudando a incorporar un claro liderazgo por valores en nuestras
organizaciones, cada uno desde el rol o nivel de responsabilidad en que pueda
intervenir para crear o fortalecer un sistema de valores institucional.
¿Qué
implica la gestión por valores?
Uno de los principales desafíos que actualmente presentan las organizaciones es el de incorporar y mantener un modelo de gestión integrado y que además sea compartido y aceptado por todos los integrantes de la empresa. Es fundamental para ello, incorporar un marco claro y transparente a través del diseño de un Directorio de Valores Compartidos con las conductas deseadas (buenas prácticas) y no deseadas (malas prácticas) claramente diferenciadas, con claros indicadores de gestión que midan el impacto en el negocio de las conductas de las personas. Debe ser una propuesta integradora y sumamente eficaz elaborada necesariamente con la participación de todos los que componen la organización. Sus reglas de juego deben ser compartidas por todos los integrantes de la organización; y son ellos quienes deben detectar las conductas y corregirlas, como así también evitarlas y superarlas.
Uno de los principales desafíos que actualmente presentan las organizaciones es el de incorporar y mantener un modelo de gestión integrado y que además sea compartido y aceptado por todos los integrantes de la empresa. Es fundamental para ello, incorporar un marco claro y transparente a través del diseño de un Directorio de Valores Compartidos con las conductas deseadas (buenas prácticas) y no deseadas (malas prácticas) claramente diferenciadas, con claros indicadores de gestión que midan el impacto en el negocio de las conductas de las personas. Debe ser una propuesta integradora y sumamente eficaz elaborada necesariamente con la participación de todos los que componen la organización. Sus reglas de juego deben ser compartidas por todos los integrantes de la organización; y son ellos quienes deben detectar las conductas y corregirlas, como así también evitarlas y superarlas.
Beneficios
y por dónde empezar
La Gestión por Valores
tiene como gran ventaja que ayuda a consolidar los procesos y proyectos
estratégicos de la Compañía, con rápidas mejoras y beneficios para la empresa.
Incorporando, por ejemplo, valores como compromiso, servicio, lealtad,
cooperación -entre otros- lleva a rápidos y efectivos resultados (mejora de
procesos, aumento de la motivación, reducción de conflictos, calidad de
servicio, trabajo en equipo, entre otros).
El proceso de implementación es simple, claro, transparente y motivador; con lo cual rápidamente se inserta y comienza a andar. Se puede iniciar en toda la Compañía en cascada o a través de proyectos pilotos. Se recomienda, si no se puede trabajar integralmente, iniciarlo en sectores que actúan como clientes -proveedores internos, ya que son muy medibles los beneficios a corto plazo. También, en el diseño o revisión de procesos, proyectos, políticas, procedimientos, sistemas (ej. atención al cliente, evaluación del desempeño, toma de decisiones, reuniones, negociaciones, etc.). Sólo es cuestión de empezar.
El proceso de implementación es simple, claro, transparente y motivador; con lo cual rápidamente se inserta y comienza a andar. Se puede iniciar en toda la Compañía en cascada o a través de proyectos pilotos. Se recomienda, si no se puede trabajar integralmente, iniciarlo en sectores que actúan como clientes -proveedores internos, ya que son muy medibles los beneficios a corto plazo. También, en el diseño o revisión de procesos, proyectos, políticas, procedimientos, sistemas (ej. atención al cliente, evaluación del desempeño, toma de decisiones, reuniones, negociaciones, etc.). Sólo es cuestión de empezar.
Reflexiones
finales
Todo problema se
transforma en un tema filosófico cuando es llevado al extremo y esto implica
que casi todo puede ser considerado desde el punto de vista filosófico. La
ética, como ciencia, se centra en el estudio de los objetos morales en todas
sus formas y se define como la rama de la filosofía que se ocupa de indagar,
analizar y especular sobre "lo moral". Las teorías éticas son
desarrolladas para comprender los aspectos morales y trabajar sobre los
principios implícitos de la vida, guiar y orientar el pensamiento crítico y
aportar una herramienta de análisis de cuestiones. La ética resulta entonces un
saber pragmático, orientado a determinar en función del objetivo de la acción
cuál debería ser el hábito a desarrollar y aquellos valores por los que
convendría orientarse.
El proceso de análisis de las cuestiones éticas no es simple y tampoco conduce siempre a conclusiones evidentes y definitivas; pero las organizaciones tienen una responsabilidad ineludible, no sólo porque sus actividades repercuten en forma directa sobre la sociedad sino también porque los objetivos que persiguen son sociales, por y para la sociedad en que se insertan y por ello, las actividades empresarias y económicas constituyen un proyecto compartido e implican necesariamente siempre un proceso social. Ningún esfuerzo realizado por difundir un comportamiento ético en una empresa fructificará y será viable si no se encuentra respaldado por la Dirección y una cultura propia de la organización.
La ética se construye paso a paso. Ser ético es un rasgo que hay que ganarse. Perderlo es fácil, mantenerlo es difícil. La brecha entre lo que se dice y hace siempre va a existir. Lo importante es achicar el gap. La ética es responsabilidad de todos.
El proceso de análisis de las cuestiones éticas no es simple y tampoco conduce siempre a conclusiones evidentes y definitivas; pero las organizaciones tienen una responsabilidad ineludible, no sólo porque sus actividades repercuten en forma directa sobre la sociedad sino también porque los objetivos que persiguen son sociales, por y para la sociedad en que se insertan y por ello, las actividades empresarias y económicas constituyen un proyecto compartido e implican necesariamente siempre un proceso social. Ningún esfuerzo realizado por difundir un comportamiento ético en una empresa fructificará y será viable si no se encuentra respaldado por la Dirección y una cultura propia de la organización.
La ética se construye paso a paso. Ser ético es un rasgo que hay que ganarse. Perderlo es fácil, mantenerlo es difícil. La brecha entre lo que se dice y hace siempre va a existir. Lo importante es achicar el gap. La ética es responsabilidad de todos.
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